Antonio ‘Pollo’ Briseño contó en qué gastó el premio tras ganar el Mundial Sub-17

Escrito el 04/06/2025
Redacción MX

  • Antonio ‘Pollo’ Briseño defensa mexicano, relató que compró un auto de lujo con su primer pago como campeón juvenil.
  • Compartió cómo pasó de decisiones impulsivas a invertir en bienes raíces.
  • Reflexionó sobre la madurez financiera que exige el futbol desde temprana edad.

Antonio Briseño, recordado por formar parte de la Selección Mexicana Sub-17 que conquistó el Mundial en 2011 en el Estadio Azteca, compartió recientemente cómo fue su evolución en el manejo del dinero desde que comenzó su carrera profesional. Durante su participación en el pódcast Capitán Financiero, junto a Oswaldo Alanís y Jorge Buganza, el “Pollo” habló sobre sus primeras decisiones económicas, sus inversiones actuales y lo que hizo con el bono recibido por levantar la copa del mundo juvenil.

El defensor relató que una de sus mejores decisiones financieras fue invertir en bienes raíces. Con el tiempo, su enfoque cambió hacia la adquisición de departamentos que actualmente le generan ingresos.

Pero antes de desarrollar esa mentalidad, Briseño recordó cómo utilizó aquel primer premio económico tras ser campeón del mundo. Lo primero que hizo fue comprarse un BMW 135 a los 17 años, usando el cheque que recibió por el título y el contrato que firmó con Atlas.

“Me dijo mi papá antes de ser futbolista, tú vas a comprar tu carro con tu dinero, yo te voy a poner la mitad, pero tú lo compras con tu dinero, eso me lo dijo a los 12 años. Fui teniendo participación en el futbol y soy campeón del mundo, y me acuerdo que nos pagaron un cheque por ser campeones, nos dieron 180 mil pesos y firmé un contrato con Atlas con premios. Empiezo a hacer cuentas, mi jefe me dijo que me iba a dar la mitad y dije ‘muy fácil, me alcanza el BMW’”.

Recordó que incluso su padre le había prestado un vehículo cuando jugaba en categorías juveniles debido a las distancias que debía recorrer para entrenar. Sin embargo, al tener su propio ingreso, decidió devolverle ese auto y adquirir el de lujo con el dinero ganado: “Este carro vale tanto, se lo regreso, con lo que había juntado me alcanza el BMW 135”.

Cuando fue promovido al primer equipo de Atlas, su nuevo vehículo no pasó desapercibido. “Llego al Atlas, campeón del mundo, me mandan al primer equipo y en mi 135. Volteaban los de Primera División y dijeron ‘este muchacho está desubicadísimo’, y ahí no entendía. Todos me decían ‘mejor cómprate un departamento’ y yo para qué quiero un departamento, tengo la casa de mis papás. El carro costaba como 500, 600, era un carro importante hace 13 años”.

Briseño reconoció que el entorno del futbol obliga a los jóvenes a madurar pronto, sobre todo en el manejo de su economía, pese a no tener formación en ello. Reflexionó que no siempre está mal comprarse un auto si las condiciones personales lo permiten.

“El futbolista llega y está bien comprarse su carro, pero hay que ver dónde vivía antes. Porque muchos vivían antes en casa club, con su familia que tienen carencias, y vas y estacionas tu carro donde faltan muchas cosas, ahí sí está mal. Pero si estás bien, ¿por qué no darte un impulso de que haces las cosas bien? El futbolista empieza a madurar antes, le exiges que a los 17 empiece a tomar decisiones financieras de un cabrón de 35, por el dinero que genera alguien de 35 años”.