Conversar con IA cambia la actividad cerebral: menos emoción, más lógica

Escrito el 04/06/2025
Redacción

  • El cerebro responde de forma distinta al interactuar con una persona que con una inteligencia artificial (IA)
  • Con la IA, se apaga la parte emocional y se activa un pensamiento más lógico y estructurado.
  • Especialistas advierten que la IA no puede sustituir la conexión humana en procesos creativos y emocionales.

Conversar con una inteligencia artificial (IA) activa procesos cerebrales diferentes a los que ocurren durante una conversación entre personas, reveló la doctora Vanesa Pytel, responsable de la Unidad de Neuromodulación del Servicio de Neurología en Olympia Quirónsalud.

Según la especialista, al hablar con otro ser humano se activan múltiples redes cerebrales relacionadas no solo con el lenguaje, sino también con la interpretación de gestos, tonos, pausas y emociones. Áreas como la amígdala, la ínsula y la corteza prefrontal medial se encargan de captar lo que el otro siente, más allá de lo que dice.

Vanesa Pytel comparó este proceso con “bailar un tango”, donde la atención, la sincronía emocional y la adaptabilidad son clave. En cambio, al conversar con una IA, el cerebro mantiene el procesamiento del lenguaje pero reduce o elimina la respuesta emocional. El resultado es una interacción más racional, técnica y sin conexión afectiva.

“Hablar con una IA es como bailar con un metrónomo: hay ritmo y precisión, pero no hay contacto ni emoción”, explicó la neuróloga.

Indicó que esta ausencia de empatía no representa un problema para tareas informativas o mecánicas, pero sí se vuelve una limitación en áreas como liderazgo, relaciones humanas y creatividad, donde la conexión emocional es fundamental.

A pesar de ello, Vanesa Pytel reconoció que la IA puede tener un efecto positivo en el desarrollo cognitivo, ya que obliga a pensar con mayor claridad, estructurar ideas y mejorar habilidades como la síntesis, el orden mental y el pensamiento crítico.

“La eficiencia no sustituye la conexión. La IA ayuda a agilizar procesos, pero no construye vínculos humanos”, afirmó. Agregó que el reto actual es entender cuándo y cómo usar este tipo de tecnología, sin perder de vista que solo las personas pueden sentir, conectar y transformar.

Finalmente, subrayó que aunque conversar con una IA puede ser útil y hasta estimulante, el valor de una conversación humana sigue siendo irremplazable: la IA puede procesar palabras, pero solo los humanos pueden sentirlas.